jueves, 30 de agosto de 2007

Los deseos perturbadores

Ay mujer deja de toser.. ¿acaso tienes tuberculosis?’ ahh claro una romántica española en estos tiempos.. es como decir que alguien se crea dadaísta que difícil… y todo porque a veces vivimos fuera de época… o la época vive fuera de nosotros

Algo de gramática hoy?? Todo gracias a “Don” siempre tan genio… pero si dijo que los binarismos no existían… igual me dice “o esta bueno o esta malo”… ¿acaso no puede ser mi humilde opinión?.. a propósito de esta y de está.. que terrible… nunca aprenderé… esta… o esa.. está del verbo estar… que complejo.. insisto que sería mejor así no más si igual se entiendo.. y si no no importa… volvemos a lo mismo.. todos con la idea de entender todo.. si todo no se puede entender… o acaso volveremos al que dijo que dijo porque lo dijo.. en fin..

Ahh deseos perturbadores dijo “Don” .. don don.. por finn!! con d y no D…
Mujer deja de toser!! Que trauma cuando quiero leer un libro romántico.. siii romántico… y la pobre romántica al lado tosiendo….

No me di cuenta que caminando con don Bécquer la pobre hoja suicida.. cayó de su arbol… bueno callo también puede ser… la recogí.. pero que más.. si la pobre ya esta amarilla.. mañana estará un poco más .. y pasado un poco más y así hasta que se convierta en nada… así como pasó con el cliente del vendedor de seguros…. El miedo a la muerte que dijo doña Virginia que era el temor al tiempo de los relojes o de los calendarios o a todas estas cosas locas.. y bastante locas que celebramos cuando en realidad nos resta un poco de vida.. Cumpleaños!!….

Ay mujer.. me desconcentras.. deja de toser!! ¿Y si es verdad que eres la esposa del vendedor de seguros?

Malditos deseos perturbadores… Negados por todo el mundo.. aunque todo el mundo los tiene dentro de sí.

Autor(a): Marcela Muñoz
Oda a la Mujer

Oda a la mujer en su cuerpo y en su esencia,
A esa mujer de fina y alta presencia,
A quien emana desde su piel belleza,
A quien enamora con miradas tiernas
Pero que seduce como sensual fémina
Con el sabor de fragancias de ilusiones
Por que ella envuelve como el color de las flores,
A esa mujer de pechos desmesurados
Que defectos de lujuria en un hombre despierta
A la mujer que busca amar sin dar respuestas,
De sus arrebatos de amor por que ella intima
Sin conocer del juego de la fidelidad, las reglas.
Se inocente mujer en esta materia
Pero no busques el amor en desconocidas esencias
Que el amor duele menos junto a alguien que te quiera.
Oda a la mujer en su cuerpo y en su esencia
A esa mujer que el hombre ama
Con todas sus fuerzas
A la amiga, amante y compañera
A la mujer más bella que acompaña en las tristezas,
A esa mujer que calla pero todo gobierna
A quien por nosotros se desvela
A esa mujer que no soporta el sufrimiento
Del hombre que eligió para ella.

Oda a la mujer que silencia sus deseos
Y calla, sus íntimos anhelos
Para dar un motivo para que su hombre piense en ello
Y la valore por ser el ángel más bello
Y que conozca cada vez más sus sentimientos,
Que a su lado pretenda detener el tiempo
Para conocerla por un segundo perpetuo
Aunque jamás la entienda,
Por que el pensamiento de la mujer
Es un incomprensible universo,
Como el misterio del reino de los cielos
Y se indigna pensando en esto
Pero ella lo olvida con poesías, caricias y besos.

Oda a la mujer más bella
A la que busca ser amada, solo con caricias tiernas
Pero su amor se envuelve en golpes insultos y violencia
Oda a esta mujer que los defectos de su pareja, silencia
A la sumisa que no aguanta más la pena,
Sus ojos con lágrimas quieren mostrar esta condena,
Pero ella bajo párpados morados las encierra
Por amor y la esperanza eterna
De una pasión perdurable y verdadera
Ya no te desampares mujer
Finge bajo tinieblas como en el pasado lo hiciste
Pueda que el cambie cuando amanezca
PRIMERA INTERVENCION

Desgarrador misterio
Entre tus ojos veo,
Muerte trágica segura,
Más veo y no creo.
Mas siento y no estoy seguro
Si no más perplejo que vivo
Sin destino ya vislumbrado
Con convicción en el olvido.

Tus ojos me muestran dolor
Tus manos trabajo duro
Tus pechos agonía en el alma
Maldices al mundo en un conjuro.
Y presencio tu dolor
Tratando de remediarlo,
Observo que no hago efecto
Y soy quien te mata y miente,
Te destruyo sin buscarlo.

Autor: Juan Pablo Jara
Poema V

Me despido, le digo adios
como un pajarillo que alza
su nuevo vuelo, como un
caminante que busca
una nueva senda.
Gracias por darme a beber
la riqueza de la vida,
gracias por tranquilizar mi sed
con ese gran océano:
la sabiduría...gracias, gracias...
Cuántas veces divisé
en sus rostros el cansancio,
ese agotamiento asaetado
que los desvanecía,
que los ceñía sin dejarlos
lanzar un leve suspiro.
Llevaré grabado con letras gigantes
cada uno de sus nombres en mi alma,
quizás sus fisonomías,
quizás sus siluetas irán lentamente
desvaneciéndose, borrándose
como se desaparece con el viento
un dibujo en la arena.
Eso no me importa,
aunque el viento sea fuerte
o tal vez sea un simple soplido,
no arrazará con el amor,
con las semillas que en mi rojo cristal
han ustedes cultivado,
con sus sonrisas las han regado
y los años, el tiempo las han
florecido... adios, les digo adios
en mi alma siempre los llevaré...
Si algún día pierdo sus recuerdos,
con un píncel loco pintaré y
en un cuaderno sin hojas
escribiré mi poesía...


Poema XIII

Observo en las frías mañanas
con mis ojos aún adormecidos
las largas columnas oscuras
que de las bocas de las chimeneas
como un vaho que del respirar se escapa,
así fugitivo y leve
adornando cada solitario techo
que envuelto de sudor y hielo
por un rayito de sol clama.
Chillán mi nuevo pueblo
Chillán mi nueva casa.
Ahora no veo tan sólo
un mundo nuevo
no veo tan sólo rostros extraños
rostros que ya forman parte
de mi dinámica y fugaz vida.
Ahora, ahora veo mis anhelos
mis deseos, que en algún
momento los creí bañados,
sumergidos en utopías;
los veo, ahora percibo
que ya no son utopías
sino ya son mi vida,
son mi satisfacción
son mi dicha.
Chillán, Chillán
quién diría Chillán
mi nuevo pueblo,
tú pueblo
y mi nueva casa.

Autor(a): Lizette A. Peña Pereira